
La Galería de la Academia florentina fue fundada por Cosme I en 1562-1563 (las fechas varías según las fuentes consultadas). Hoy en día es uno de los museos más famosos de Florencia. En su interior se pueden admirar obras de arte tan famosas como el David, de Miguel Ángel.
Breve historia de la Galería de la Academia
Como ya hemos adelantado, su construcción se debe a Cosme I, duque de la República florentina. Según el propio Vasari, en el guardarropa que el duque tenía en el palacio de la Señoría, lugar donde vivía, se podían ver numerosas obras de arte que los propios Médici habían recuperado en 1512, como una Virgen, de Pontormo (hoy en la Galería Uffizi), o un David, de Miguel Ángel, que estaba sin acabar (y que en la actualidad se conserva en el Museo Nacional de Florencia). Esta información estaría avalada por los datos de un inventario, fechado en 1553, que menciona las piezas que albergaba Cosme I en esta estancia. De este guardarropa se llevaban objetos a otros palacios o edificios ducales, como la propia Galería de la Academia (ROSSI, 1975: 22).
Cosme I fundó la Galería de la Academia con las obras que se habían hecho en honor a San Lucas y la Santísima Trinidad en la Academia de las Artes y del Dibujo. El origen de la academia lo encontramos en el gremio de San Lucas, que se dedicaba a la enseñanza de las artes (escultura, dibujo, pintura…). A esta colección se añadieron aquellas obras realizadas por los propios profesores durante la prueba para conseguir un puesto en la institución. El motivo de que se creara esta colección fue que se quería que esas piezas sirvieran de modelo a los que allí se formaban (ROSSI, 1975: 67).
El valor de dicha colección fue determinante para que, en 1784, Pedro Leopoldo decidiera abrirla al público. Así, esta ocupó las instalaciones del hospital de San Mateo y las del convento de San Niccolò di Cafaggio, edificios que se localizaban entre la via Ricasoli y la plaza de la Santissima Annunziata.
La importancia de la Galería de los Uffizi ha condicionado siempre el carácter auxiliar o secundario de la Galería de la Academia, pues muchas piezas allí expuestas hasta principios del siglo XX se pueden ver hoy en día en la primera. En la Galería de la Academia acabaron las obras que guardaban los conventos tras la supresión de las órdenes religiosas por el gobierno de Napoleón en 1810, pero también encontramos piezas que se encontraban en el hospital de Santa María Nuova y en otros edificios ducales (ROSSI, 1975: 68-71).
Hasta 1841 las obras no gozaban de una ordenación especializada ni estaban convenientemente adecuadas en materia de conservación o exposición. Fue Antonio Ramírez de Montalvo, entonces presidente de esta institución, quien se encargó de adecuar las piezas para su mejor conservación y exhibición, realizando algunas restauraciones y ordenando la colección que se repartían por sus salas (ROSSI, 1975: 69).
La Galería de la Academia se estableció en su sede actual en 1882.
Grandes obras expuestas
Hemos hablado de manera monográfica del David, de Miguel Ángel, quizá la obra más emblemática y famosa de la Galería de la Academia, que fue llevada allí en el verano de 1873 desde la plaza de la Señoría, donde se encontraba. Pero esta cuenta con una colección sumamente rica.
Allí se conservan exponentes de la escuela toscana desde el siglo XIII hasta el XVI, con obras de Giovanni da Milano o el Maestro della Maddalena. De la escuela florentina destacan autores como Tommaso di Stéfano, llamado el Giottino, Bernardo Daddi y Niccolò Jacopo di Cione, este último, considerado unos de los máximos exponentes del gótico florentino, del que hemos de mencionar la Coronación de la Virgen y los santos, datada en 1372-1373.
De Miguel Ángel se exponen otras piezas igual de importantes. Entre ellas, cabe destacar el San Mateo (escultura en mármol de este apóstol que está inacabada y que permite conocer cómo era el proceso de creación de este genio del Renacimiento), la Piedad de Palestrina, que perteneció a la familia Barberini, y cuatro de los esclavos creados para la tumba del papa Julio II, el Esclavo despertando, el Esclavo atlante, el Esclavo joven y el Esclavo barbudo.
También hay obras de Giambologna, como el modelo en yeso del Rapto de las Sabinas, y de Domenico Ghirlandaio, como San Esteban entre san Jacobo y san Pedro. De Jacopo Pontormo destaca Venus y cupido; de Lorenzo Bartoloni se conservan piezas tan importantes como Emma y Julia Campbell, Venus, Juno o las figuras alegóricas para el monumento Demidoff. Sandro Botticelli también está representado con obras como Virgen con el niño y san Juan niño y dos ángeles. Igualmente hemos de mencionar al manierista Carlo Portelli y la tabla Disputa sobre la Inmaculada Concepción.
En sus fondos se conservan producciones de Filippo Lippi, como San Juan Bautista y Santa María Magdalena.
Por último, la galería cuenta también con obras de Bartolomeo Cristofori, como un clavicémbalo anterior a 1700 y una espineta oval de finales del siglo XVI. De hecho, es muy destacada la colección de instrumentos musicales. A las piezas de Cristofori hemos de destacar un clavicémbalo o clavecín, de Thomas Culliford, fechado en 1785, un pianoforte vertical, realizado por Domenico del Mela, y varias piezas realizadas por el famoso lutier italiano Antonio Stradivari, en concreto, un violín, una viola y un violoncelo.
BIBLIOGRAFÍA
FALLETI, Franca; ANGLANI, Marcella (1999). Galería de la Academia. Guía oficial. Florencia: Giunti Gruppo Editoriale.
MINISTERO DEI BENI E DELLE ATTIVITÀ CULTURALI E DEL TURISMO. Galleria dell’Accademia di Firenze. Disponible en http://www.galleriaaccademiafirenze.beniculturali.it/.
ROSSI, Filipo (1975): Museos de Florencia. Barcelona: Ediciones Daimon-Manuel Tamayo.
WIRTZ, Rolf C. (1999): Florencia. Arte y arquitectura. Colonia: Könemann.
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