
Una maravilla arquitectónica
El Duomo de Florencia es una de las obras cumbre de la arquitectura mundial y forma una de las estampas más bellas de Italia. Es el principal monumento de la ciudad, auténtico símbolo universal y elemento más característico del skyline florentino.
Consagrada a Santa María del Fiore, es una catedral enorme que se construyó entre los siglos XIV y XV, en estilo gótico italiano por obra de Arnolfo di Cambio. Sus característicos mármoles rosados, verdes y blancos que cubren sus fachadas le otorgan un encanto único, completado con sus puertas, sus frescos del interior, sus esculturas y sobre todo por la impresionante cúpula de Brunelleschi, toda una obra de arte de la arquitectura universal.
La entrada a la Catedral es gratuita aunque merece la pena pagar la entrada para subir a la cúpula.
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La cúpula es un producto del genio de Filippo Brunelleschi, que en 1420 comenzó la construcción de esta obra inspirada en técnicas de la Roma clásica con doble cuerpo y con unas estructuras de sostenimiento verdaderamente avanzadas para la época. 16 años más tarde finalizaron los trabajos. El interior de la cúpula fue decorado con frescos de Giorgio Vasari y Federico Zuccari.
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